martes, 13 de noviembre de 2007

ENTREVISTA AL HIJO DE DON ATAHUALPA

La cuarta velada del Festival de Cosquín, le rindió tributo a uno de los más grandes músicos argentinos. Por otro lado, miles de libros con sus poemas serán distribuidos gratis en todo el país. Así lo anunció el gobierno a través de su nuevo vocero: ¡Claudio Morgado!

Una vez en una entrevista televisiva en el Canal 7, don Carlos Mogado, le preguntó al hijo de don Atahualpa:


-¿Sus padres son o fueron indígenas?

Roberto Chavero “el Koya Chavero” le respondió:
Mis abuelos eran de parte de: Atahualpa Yupanqui –seudónimo que significa "el que viene de lejos a contar algo"– tenía, sangre indígena (quechua) y, por mi madre, sangre europea (vasca). Más o menos como la Argentina, aunque a veces nos quedemos sólo con alguna parte.
En esa misma transmisión hubo una presentación del Koya Chavero, ni más ni menos que el hijo de Atahualpa. Cantó. Y no cantó mal, justo es decirlo, pero el hombre lleva sobre la espalda un peso enorme: su apellido. Ser "hijo de" algunas veces es un privilegio pero muchas otras, sobre todo para los artistas, un eclipse constante.
De cualquier manera, fue muy emotivo el recuerdo para uno de los más grandes músicos de la historia de este país, creador de buena parte del cancionero folclórico y cuya influencia es reconocida en cantidad: por ejemplo, Divididos grabó "El arriero", Calamaro reescribió aquello de "una hermana muy hermosa que se llama libertad" y Joaquín Sabina siempre lo menciona al hablar de las influencias de sus primeros años.

Sabías que…
Héctor Roberto Chavero - Atahualpa Yupanqui - nace en Pergamino, provincia de Buenos Aires, el 31 de enero de 1908. Su infancia en la pampa le permite conocer la cultura criolla, transmitida en los fogones por esos peones, estibadores o domadores, que son para él sus tíos”, decidores de sentencias, contadores de anécdotas. Luego, cuando se traslada con su familia a Tucumán, se pone en con tacto con la cultura hispanoamericana del noroeste, de aquel “camino del indio” que también lo deslumbra y le permite sumergirse en esas fuentes originarias.


Amante de la guitarra desde niño, con ella va a recorrer la patria, palmo a palmo, escudriñando en los últimos rincones para conocerla en profundidad. “A mí hijo lo agarraron los caminos”, dice su madre y efectivamente, este tenaz andariego ausculta las diversas regiones con el afán de “cantarte, tierra querida”.

Este mirar “hacia adentro”, en busca de las raíces latinoamericanas de la Argentina, significa andar a contra corriente respecto a la cultura oficial, asentada en el puerto de Buenos Aires, de espaldas al país y obsesionada solamente por las novedades europeas o norteamericanas.


Matías- Emiliano 5ºA

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